El casco histórico de Cuenca es uno de los más bellos conjuntos monumentales de España, lo que supuso que fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Conserva un rico patrimonio artístico y arquitectónico, destacando edificios tan singulares como su Catedral o las archiconocidas Casas Colgadas, las cuales albergan actualmente el Museo de Arte Abstracto Español, y que se han convertido en el icono por excelencia de la ciudad debido a su peculiar arquitectura.

Enclavada entre las hoces de los ríos Júcar y Húecar, el centro histórico está rodeado de numerosos miradores desde los cuales se puede contemplar el conjunto en todo su esplendor.

Para reponer fuerzas tras recorrer sus enrevesadas y empinadas calles, la ciudad ofrece una gran cantidad de bares y restaurantes donde poder degustar platos tan típicos como los zarajos, el morteruelo o el ajo arriero.